El Tarot – Origen y evolución

El Tarot – Origen y evolución

12 junio, 2019 0 Por redaccion_201

Esas barajas de naipes empleada con el fin de realizar consulta e interpretación de hechos tanto del presente, pasado, como del futuro , además de los sueños, percepciones o estados emocionales de alguien, se le conoce como Tarot, que forma  parte de la cartomancia; manera esta de adivinar los augurios o predicciones del futuro.

La baraja de tarot está constituida por 78 cartas, las cuales se les denomina arcanos mayores y menores. Los árcanos, palabra que proviene del latín arcanum, que se traduce como «misterio» o «secreto”, son considerados como energías ocultas, ya sea de magia blanca o magia negra.

Ahora bien, la conexión que existe entre el tarot y la cábala es determinante para precisar el origen de la primera. Recordemos que la cábala es una escuela de pensamiento que se basa en los principios y fundamentos más ortodoxo del judaísmo, y aunque, la definición ha cambiado desde sus orígenes tanto religioso, como para otros fines, hoy día se interpreta como una disciplina que practica el esoterismo. En tal sentido, el Tarot podría determinarse en sus inicios como un instrumento para transmitir enseñanzas acerca de la filosofía, a pesar de que actualmente tiene propósitos adivinatorios.

En su nacimiento, el Tarot, según algunos estudiosos del tema, pudo influir de manera importante la simbología egipcia, específicamente la encontrada en el antiguo Libro de Thoth. Los principios de la mitología de esta civilización que aparecen como una serie de símbolos y figuras emblemáticas en este documento antiquísimo, tiene mucho que ver con lo que representa los símbolos esotéricos del Tarot.

El Tarot – Entre cataros, gitanos, orientales y medievales

Ahora bien, ¿Quién se encarga de difundir este medio de interpretación y consulta adivinatoria por el resto de la civilización humana? Las investigaciones aseguran que, los cíngaros o como los conocemos hoy día: los gitanos, en la edad media al lograr zafarse de la hoguera, por no ser objetivos puntuales de estos, pudieron esparcir por gran parte de Europa central sus conocimientos y destrezas en el arte de Tarot.

No obstante, los cátaros medievales y la cultura occitana ya hacían uso de estas cartas en ese periodo de la historia como un medio de capacitación filosófica más que adivinatoria. Sin embargo, ellos no contaron con la misma suerte de los gitanos y desaparecieron a raíz de las sentencias inquisidoras que los catalogaban como herejes por la iglesia católica de la época.

Asimismo, se ha expresado que estas barajas tienen notables semejanzas a las cartas empleadas en los primeros juegos de mesa e ídolos orientales, como las cartas chinas, domino chino, los dados y las flechas adivinatorias coreanas, las cuales a su vez, no dejaban de ser una suerte de practica adivinatoria dentro de su cultura.

Por lo tanto, el origen del Tarot puede definirse tanto oscuro, como incierto y aunque letrados e investigadores, se han dado a la tarea de descubrir donde se suscitó su creación, debatiéndose entre la simbología egipcia y las cartas del oriente, así como su objetivo filosófico en los cimientos judaicos e incluso en el cristianismo que era distante de la ortodoxia romana, hacen que esta técnica ocultista, esotérica y de consulta interpretativa del futuro, hoy día, tenga una procedencia aún desconocida y enigmática.